¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza. Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino. Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha. Capítulo VIII

25 jul 2010

Juegos de guerra ('Pa habernos matao')

Durante la segunda mitad del siglo XX se vivió una de las situaciones más extrañas - y peligrosas - a las que se haya enfrentado la humanidad. Con el desarrollo de las armas nucleares y su producción en masa por parte de dos superpotencias enfrentadas surgió un nuevo orden mundial. No era la primera vez que dos potencias se enfrentaban por conseguir la hegemonía, sin embargo esta vez había una diferencia fundamental. La posesión de un arsenal nuclear de grandes dimensiones garantizaba que un enfrentamiento directo entre las dos no acabaría con un bando vencedor, sino con dos perdedores. Bueno, y con el mundo literalmente destruido. El desarrollo de la estrategia de la destrucción mutua asegurada implicaba que si alguna de las dos potencias iniciaba un ataque nuclear, la otra sería capaz de responder con un contraataque igual de devastador, lo que garantizaría que tanto el atacante como el atacado - y el resto del mundo - acabarían destruidos.

Esto tuvo el paradójico efecto de limitar los enfrentamientos entre Estados Unidos y la Unión Soviética, pero también implicó que el mundo estuviera en constante peligro de que una acción de alguno de los dos fuera malinterpretado por el otro como el inicio de un ataque, con la consiguiente respuesta nuclear. Hubo varios momentos en los que el mundo contuvo la respiración debido a enfrentamientos que amenzaban con provocar una escalada nuclear, como durante el Bloqueo de Berlín o la Crisis de los Misiles de Cuba. Sin embargo, aunque estas fueron situaciones peligrosas, no fueron las que más, ya que en todo momento los dirigentes de ambas potencias estaban correctamente informados de los movimientos del adversario. Hubo otros momentos en que esto no fue así, y se estuvo, literalmente, a un paso del fín. Estos son algunos de los más graves.

El incidente de la cinta equivocada

Aquellos que vivierais la infancia/juventud en los años 80 posiblemente recordaréis la película Juegos de Guerra. En ella, un hacker consigue entrar en un ordenador militar, pensando que pertenece a una compañía de videojuegos, y pone en marcha una simulación de un ataque nuclear de la Unión Soviética que en el NORAD es interpretado como un ataque real. Lo que muchos no saben es que esta película está vagamente inspirada en hechos reales, y que el incidente (aunque diferente a como se cuenta en la pelicula) ocurrió realmente.

El 9 de Noviembre de 1979, poco antes de las 9 de la mañana, todos los ordenadores del Comando de Defensa Aerospacial de Norteamérica (NORAD), los del Centro de Mando Militar Nacional (NMCC) del Pentágono y los del Centro de Control Nacional Militar Alternativo de Fort Ritchie alertaron de un ataque masivo de misiles por parte de la Unión Soviética.

Inmediatamente, todas las fuerzas de misiles intercontinentales americanas recibieron los códigos de pre-alerta listos para efectuar un contraataque masivo. No sólo los ICBM fueron puestos en alerta. Las fuerzas de bombarderos e interceptores también fueron puestos en alerta y varios de ellos llegaron a despegar. Incluso despegó el Puesto Aereo de Mando Avanzado presidencial.

Por fortuna, a los técnicos se les ocurrió ponerse a mirar en los datos en crudo suministrados por los satélites de alerta temprana, y se encontraron con que ninguno detectaba ningún lanzamiento. Con esta nueva información, las cosas se calmaron un poco y se canceló la alerta, a pesar de que los ordenadores ya estaban informando de los primeros impactos en suelo americano. Posteriormente se descubrió que todo había sido debido a que alguien (nunca se supo quién) se había equivocado y había cargado una cinta de simulación de un ataque nuclear ruso. En total, el incidente había durado unos seis minutos, pero los suficientes como para estar a punto de provocar una guerra.

Este incidente sirvió para cancelar los proyectos previstos de automatizar completamente el sistema de respuesta nuclear, lo que se había planteado después de que en unas pruebas, la mitad de los operadores no lanzaran sus misiles por problemas de conciencia.

El chip defectuoso

Al año siguiente, los americanos volvieron a tener otro susto. El 3 de Junio de 1980, los ordenadores de los puestos de mando volvieron a alertar de un ataque masivo sovietico. El sistema de alerta del comando del Mando Aéreo Estratégico (SAC) en Omaha, Nebraska, detectó el lanzamiento de dos misiles lanzados desde submarinos (SLBM) contra los Estados Unidos. Dieciocho segundos después se detectaron múltiples SLBMs. Sin embargo, cuando el SAC contactó con el NORAD para confirmar los datos, el personal del NORAD comunicó que ellos no detectaban nada.

Pocos minutos después los misiles desaparecieron de las pantallas del SAC, pero poco después aparecieron nuevos misiles intercontinentales lanzados desde la Unión Soviética. Entonces, el NMCC empezó a detectar lanzamientos de SLBMs. A la vista de esto, se emitió una prealerta y las tripulaciones de los bombarderos estratégicos empezaron a calentar los motores de sus aviones, mientras los silos de misiles se preparaban para el lanzamiento.

Afortunadamente, el hecho de que los misiles aparecieran y desaparecieran, que no se detectara lo mismo en todas las pantallas y el patrón de lanzamientos hizo que los responsables dedujeran que era un fallo del sistema, y la alerta fue cancelada a los 3 minutos y 12 segundos.

El NORAD dejó el sistema sin ningún cambio para intentar que se reprodujera el error y poder detectar la causa. Tres dias después, volvió a pasar lo mismo y se pudo rastrear el origen en un chip defectuoso que costaba 46 céntimos.

El incidente del equinoccio de otoño

Los americanos no fueron los únicos que tuvieron falsas alarmas. Por el lado soviético también se vivieron momentos muy peligrosos, incluyendo el que, probáblemente nos situó más cerca de la catástrofe.

En 1983 las cosas estaban calientes entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Los Estados Unidos acababan de poner en marcha el desarrollo de su Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) y planeaba desplegar ese año su nueva generación de misiles Pershing II en Europa. La OTAN tenía previsto realizar en Noviembre las maniobras Able Archer, que simulaban una escalada en un conflicto con la URSS que acababa en un intercambio nuclear. Los ejercicios eran tan realistas que en el Kremlin se sospechaba que se podía tratar de un ataque real. A principios de Septiembre la URSS derribaba un avión de pasajeros coreano que se había desviado de su ruta por violar su espacio aereo. Los 23 tripulantes y 246 pasajeros murieron, incluyendo un Congresista de los Estados Unidos.

Como parte de su sistema de alerta temprana, los soviéticos habían lanzado nueve satélites Oko, que vigilaban los posibles lanzamientos americanos desde una órbita muy elíptica, desde la que podían observar el brillo de un misil contra el fondo negro del espacio muy poco después de su lanzamiento.

Este es el teniente coronel retirado Stanislav Petrov. Quédate con su cara. Le debes la vida.

En este estado se encontraban las cosas cuando el 26 de Septiembre. Ese día, el teniente coronel Stanislav Petrov se encontraba al mando del búnker Serpukhov-15, el centro de mando de la fuerza aerea soviética. Poco después de medianoche saltaron las alarmas. El Cosmos 1382 (uno de los satélites Oko) acababa de detectar el lanzamiento de un misil desde Montana. Y luego otro, y otro, y así hasta cinco misiles. De haber seguido el protocolo, Petrov debería haber informado inmediatamente a sus superiores, que a su vez hubieran informado al Politburó. Y teniendo en cuenta el estado de tensión en que se encontraban las relaciones sovietico-americanas, la represalia no se hubiera hecho esperar.

Pero Petrov no dió la alarma. Esperó. Y esperó. Y no pasó nada. Tiempo después, cuando le preguntaron que por qué no había dado la alarma, respondió: "Nadie empieza una guerra con cinco misiles."

Al principio, Petrov fue felicitado por sus superiores, pero después fue asignado a un puesto inferior y acabó jubilándose anticipadamente. En 2004, la asociación Ciudadanos del Mundo le otorgaron un premio consistente en un trofeo y ¡1000 dólares!. Mil dólares por salvar el mundo. Casi parece una broma. Hoy, Stanislav Petrov vive de su pensión en un pequeño piso a las afueras de Moscú.

El cohete noruego

Curiosamente, el último incidente (conocido) que pudo haber provocado una guerra nuclear sucedió después de la caida del muro de Berlín y del final oficial de la Guerra Fría. El 25 de Enero de 1995 un grupo de científicos noruegos y americanos lanzaron un cohete sonda desde la base de Andøya (Noruega) para investigar las auroras boreales. El cohete fue detectado durante el ascenso por una estación de radar en Murmansk y fue erróneamente identificado como un misil Trident lanzado desde un submarino. Como resultado de la alerta, el maletín nuclear de Boris Yeltsin fue activado. El protocolo ruso establecía que se debía tomar una decisión en 10 minutos. A los cinco minutos, se había alertado a la flota submarina y las fuerzas estratégicas para que estuvieran listas para lanzar un contraataque. Por suerte, a los ocho minutos se determinó que el cohete no se dirigía hacia la Federación Rusa, y la alerta fue cancelada.

El equipo que había lanzado el cohete había comunicado previamiente el lanzamiento a varios paises, incluyendo Rusia. Sin embargo, en el estado de caos en el que se encontraba Rusia en aquella época, nadie se lo comunicó al equipo de la estación de radar.

Estos son sólo algunos de los momentos en que estuvimos cerca de desaparecer. Hubo muchas más equivocaciones, errores y accidentes que pudieron habernos costado caro. Algunos se conocieron tiempo después de suceder. Otros, posiblemente no se conozcan nunca.

6 comentarios:

Mikeollie dijo...

Me ha sorprendido gratamente el post, he disfrutado mucho leyéndolo porque me gustan este tipo de historias, éstas no las conocía. Me acuerdo de la peli juegos de guerra, la vi por primera vez hace 5 o 6 años, me pareció entretenida aunque burdamente escenificada como casi todas las películas de hackers, lo que no sabía es que estaba inspirada en un hecho real.

Me ha gustado la anécdota del chip defectuoso, he buscado un poco más por la red y al parecer un ordenador del NORAD era el que controlaba los ICBM y SLBM detectados y transmitía dicha información (ej 000 ICBM 000 SLBM) a los diferentes puestos de mando, en la transmisión de la información participaba un multiplexor formado por varios chips, uno fallaba y eso hacía que llegase a los puestos de mando en vez de 000 información errónea donde algunos 0s se convertían en 2s. Desconozco que tipo de multiplexor era, si era digital o analógico o se utilizaba supongo para conectar los puestos de mando al ordenador del NORAD repartiendo algún canal. Desde luego la anécdota es curiosa.

Parece increíble que diseñen sistemas tan primitivos y con tan poca toleracion a fallos para que se ocupen de táreas tan críticas, al parecer volvieron a rediseñar el sistema para que comprobase que la información que manejaba el ordenador del Norad fuese la misma que llegaba a los puestos de mando.

Recuerdo un proyecto de un sistema empotrado que hice que después de formar toda una parafernalia el resultado que se mostraba en unos segmentos led (como los de los despertadores) no era el esperado, el problema estaba en que el chip decodificador BCD de 7 segmentos estaba defectuoso, y la información arrojada era incorrecta, pero daba la casualidad de que se activaban los segmentos que formaban el número 7, así que tardé bastante en darme cuenta.

Mikeollie dijo...

tolerancia no toleración (puse tolerancia y al borrar y volver a escribir se quedó escrito toleración) y NORAD y no Norad. XD

Javi dijo...

Gracias por la explicación. Los detalles del fallo del chip se me escapan. Por lo que he podido averiguar, se trataba de un fallo de diseño.

Un saludo.

Josepzin dijo...

Buenisimas esas historias :) :)

Soy un gran fanatico de Juegos de guerra, esa peli marcó mi adolescencia!!

Y muchas gracias a Stanislav Petrov

PabloV dijo...

llegué desde cnho y me gustó el post, saludos

Javi dijo...

Muchas gracias, Raztez. Espero que sigas viniendo por aquí.

Un saludo.

Publicar un comentario

Gracias por tu contribución.

|