Uno de los aspectos menos conocidos sobre el mundo de la investigación es el proceso de publicación de resultados. El método científico consta de varias etapas en las que se va generando conocimiento sobre un fenómeno determinado. Una de las últimas etapas - en realidad no existe una última etapa, ya que el conocimiento científico se encuentra en constante revisión - es la comunicación de resultados. Aunque muchos consideran esta parte como algo secundario, en realidad es de una importancia fundamental. ¿De qué serviría descubrir, por ejemplo, la cura para el SIDA si no se lo dices a nadie? Más importante aún, cuando publicas los resultados de una investigación, los pones a disposición de toda la comunidad científica para ser criticados, verificados, reproducidos y ampliados.
Normalmente una investigación medianamente compleja es un proceso largo en el que se van obteniendo resultados intermedios antes de terminar. A veces estos resultados incluso hacen que cambies los objetivos originales de tu investigación. Dado que todavía no se ha terminado de investigar todos los aspectos del proyecto, los resultados que se suelen presentar en un congreso son preliminares y normalmente dejan todavía la puerta abierta a cambios en las conclusiones. Aún así, es un paso importante presentar trabajos en los congresos por varios motivos. Primero porque, aunque el proceso de revisión es menos estricto que el necesario para una publicación, ya conlleva un proceso de crítica por parte de expertos independientes. Además, cuando uno expone algo en un congreso científico, lo hace ante una gran cantidad de expertos en la materia, y no suele haber remilgos en señalar posibles defectos o equivocaciones del trabajo. Estas críticas, aunque puedan ser embarazosas, son de gran valor a la hora de corregir el curso de la investigación y continuar el trabajo. Al acudir a un congreso, uno se entera de qué es lo que está haciendo cada uno, y los demás se enteran de lo que haces tú. De esta manera surgen colaboraciones y discusiones que enriquecen todo el proceso científico.
Muy bien, después de un duro y largo trabajo llega el momento de que los resultados obtenidos se hagan públicos. La manera universalmente aceptada es mediante la publicación de un artículo (o varios, si el trabajo da para más) en una revista científica especializada en el tema tratado. Sin embargo, el proceso de publicación en una revista científica difiere sustancialmente del proceso en una revista o periódico de noticias. En el caso de un periódico, el periodista, una vez que ha escrito su artículo debe obtener la aprobación de su redactor jefe. Si al redactor le gusta, se publica. Si le gusta pero no tanto, pues se recorta para que aparezca como una noticia menos importante. Pero si el artículo trata sobre un tema medianamente especializado - economía, arte, ciencia - el redactor puede saber o no sobre el tema tratado. Y lo más seguro es que no sea un experto en el asunto concreto que trata la noticia. Así, será relativamente fácil que se cuele un gazapo del tipo fechas que no son correctas, medidas equivocadas, interpretaciones alocadas, etc. En la web de malaprensa tenéis bastantes ejemplos de este tipo de meteduras de pata.
Sin embargo, para publicar un artículo científico las cosas son muy diferentes. Para empezar, el editor de la revista normalmente no conoce a los autores. Bueno, en realidad sí puede conocerlos, o como mínimo, si los autores tienen una trayectoria lo bastante larga, tendrá referencias sobre su trabajo. Pero no se trata de una relación de trato diario como la existente entre un periodista y sus redactores jefe. El editor de una revista científica suele haber desarrollado una carrera de investigación en el ámbito que cubre la publicación. Sin embargo, los artículos son extremadamente especializados y ningún redactor puede abarcar todas las áreas de conocimiento que abarca una revista. Por ejemplo, en una revista sobre cáncer se pueden publicar artículos relacionados con la genética, anatomía, radioterapia, quimioterapia, etc. Por eso, lo que hace el revisor, tras comprobar que el artículo es adecuado para su revista, es mandárselo a dos - a veces más - especialistas en el tema concreto del artículo. Estos expertos independientes son investigadores en activo que desarrollan su labor en el campo del trabajo a revisar. Sin la aprobación de ambos, es extremadamente raro que un editor se decida a publicar nada. Hay que tener en cuenta que el prestigio de una revista viene dado por la calidad de los trabajos publicados, y sin una revisión de alguien cualificado, es fácil que se cuelen errores importantes. Una de las cosas que me llamó la atención cuando empecé mi doctorado fue saber que estos revisores no son empleados de la revista. Son investigadores que selecciona la revista y, sin cobrar un duro, revisan el artículo que les mandan.
La contestación de los revisores suele ser: rechazar la publicación, aprobar la publicación como está (bastante raro) o condicionar la publicación a la realización de cambios (lo más habitual). Una vez que los revisores han formulado sus críticas, uno puede modificar el artículo tal y como sugieren o convencerles de que un cambio determinado no es procedente. Y suelen ser muy quisquillosos - como debe ser. Uno no puede decir nada que no haya demostrado o que se demuestre en otro artículo, debidamente referenciado. Hay que cuidar que no se olvide ninguna referencia relevante para tu trabajo, que tu metodología sea la correcta, que no hayas usado un equipamiento inadecuado, que hayas descartado todas las explicaciones alternativas para tus resultados, etc. Una vez que respondes a todas las críticas que hacen, te pueden hacer nuevas sugerencias si no están de acuerdo con algo. Y así hasta que por fín obtienes el visto bueno. Todos los errores y omisiones han sido corregidos y tu trabajo ya está listo para ser publicado. El proceso de revisión varía mucho de una revista a otra e incluso, dentro de una revista, de un artículo a otro, pero raramente baja de los tres meses desde que mandas la primera versión hasta que lo aceptan (que no es lo mismo que que lo publiquen) y puede llegar a superar el año.
El sistema que he descrito no es perfecto. Aunque la mayoría de los participantes en el proceso suelen actuar de buena fe, a veces hay problemas. Los autores de un artículo no saben quienes son sus revisores - para evitar posibles presiones - pero los revisores sí conocen el nombre de los autores del artículo. Esto puede llevar a los revisores a, consciente o inconscientemente, tener prejuicios sobre el artículo. Si el revisor ha tenido algún problema con un autor, puede perjudicar el proceso de revisión. O al contrario, si tiene una amistad personal con un autor, o un autor tiene una reputación importante, el revisor puede ser demasiado laxo. Ya existen algunas revistas en las que no se le comunica a los revisores los nombres de los autores, pero todavía son minoría.
Otro problema que ha surgido a veces - pocas, por suerte - es que, al ser los revisores investigadores en activo que trabajan en el mismo campo, un artículo les puede pisar su propio trabajo. En este caso, aunque éticamente debería rechazar ser revisor, puede sentir la tentación de alargar indebidamente la revisión para dar tiempo a que su artículo se publique primero.
Resultados preliminares y congresos
Normalmente una investigación medianamente compleja es un proceso largo en el que se van obteniendo resultados intermedios antes de terminar. A veces estos resultados incluso hacen que cambies los objetivos originales de tu investigación. Dado que todavía no se ha terminado de investigar todos los aspectos del proyecto, los resultados que se suelen presentar en un congreso son preliminares y normalmente dejan todavía la puerta abierta a cambios en las conclusiones. Aún así, es un paso importante presentar trabajos en los congresos por varios motivos. Primero porque, aunque el proceso de revisión es menos estricto que el necesario para una publicación, ya conlleva un proceso de crítica por parte de expertos independientes. Además, cuando uno expone algo en un congreso científico, lo hace ante una gran cantidad de expertos en la materia, y no suele haber remilgos en señalar posibles defectos o equivocaciones del trabajo. Estas críticas, aunque puedan ser embarazosas, son de gran valor a la hora de corregir el curso de la investigación y continuar el trabajo. Al acudir a un congreso, uno se entera de qué es lo que está haciendo cada uno, y los demás se enteran de lo que haces tú. De esta manera surgen colaboraciones y discusiones que enriquecen todo el proceso científico.
Las publicaciones
Muy bien, después de un duro y largo trabajo llega el momento de que los resultados obtenidos se hagan públicos. La manera universalmente aceptada es mediante la publicación de un artículo (o varios, si el trabajo da para más) en una revista científica especializada en el tema tratado. Sin embargo, el proceso de publicación en una revista científica difiere sustancialmente del proceso en una revista o periódico de noticias. En el caso de un periódico, el periodista, una vez que ha escrito su artículo debe obtener la aprobación de su redactor jefe. Si al redactor le gusta, se publica. Si le gusta pero no tanto, pues se recorta para que aparezca como una noticia menos importante. Pero si el artículo trata sobre un tema medianamente especializado - economía, arte, ciencia - el redactor puede saber o no sobre el tema tratado. Y lo más seguro es que no sea un experto en el asunto concreto que trata la noticia. Así, será relativamente fácil que se cuele un gazapo del tipo fechas que no son correctas, medidas equivocadas, interpretaciones alocadas, etc. En la web de malaprensa tenéis bastantes ejemplos de este tipo de meteduras de pata.
Sin embargo, para publicar un artículo científico las cosas son muy diferentes. Para empezar, el editor de la revista normalmente no conoce a los autores. Bueno, en realidad sí puede conocerlos, o como mínimo, si los autores tienen una trayectoria lo bastante larga, tendrá referencias sobre su trabajo. Pero no se trata de una relación de trato diario como la existente entre un periodista y sus redactores jefe. El editor de una revista científica suele haber desarrollado una carrera de investigación en el ámbito que cubre la publicación. Sin embargo, los artículos son extremadamente especializados y ningún redactor puede abarcar todas las áreas de conocimiento que abarca una revista. Por ejemplo, en una revista sobre cáncer se pueden publicar artículos relacionados con la genética, anatomía, radioterapia, quimioterapia, etc. Por eso, lo que hace el revisor, tras comprobar que el artículo es adecuado para su revista, es mandárselo a dos - a veces más - especialistas en el tema concreto del artículo. Estos expertos independientes son investigadores en activo que desarrollan su labor en el campo del trabajo a revisar. Sin la aprobación de ambos, es extremadamente raro que un editor se decida a publicar nada. Hay que tener en cuenta que el prestigio de una revista viene dado por la calidad de los trabajos publicados, y sin una revisión de alguien cualificado, es fácil que se cuelen errores importantes. Una de las cosas que me llamó la atención cuando empecé mi doctorado fue saber que estos revisores no son empleados de la revista. Son investigadores que selecciona la revista y, sin cobrar un duro, revisan el artículo que les mandan.
La contestación de los revisores suele ser: rechazar la publicación, aprobar la publicación como está (bastante raro) o condicionar la publicación a la realización de cambios (lo más habitual). Una vez que los revisores han formulado sus críticas, uno puede modificar el artículo tal y como sugieren o convencerles de que un cambio determinado no es procedente. Y suelen ser muy quisquillosos - como debe ser. Uno no puede decir nada que no haya demostrado o que se demuestre en otro artículo, debidamente referenciado. Hay que cuidar que no se olvide ninguna referencia relevante para tu trabajo, que tu metodología sea la correcta, que no hayas usado un equipamiento inadecuado, que hayas descartado todas las explicaciones alternativas para tus resultados, etc. Una vez que respondes a todas las críticas que hacen, te pueden hacer nuevas sugerencias si no están de acuerdo con algo. Y así hasta que por fín obtienes el visto bueno. Todos los errores y omisiones han sido corregidos y tu trabajo ya está listo para ser publicado. El proceso de revisión varía mucho de una revista a otra e incluso, dentro de una revista, de un artículo a otro, pero raramente baja de los tres meses desde que mandas la primera versión hasta que lo aceptan (que no es lo mismo que que lo publiquen) y puede llegar a superar el año.
Defectos
El sistema que he descrito no es perfecto. Aunque la mayoría de los participantes en el proceso suelen actuar de buena fe, a veces hay problemas. Los autores de un artículo no saben quienes son sus revisores - para evitar posibles presiones - pero los revisores sí conocen el nombre de los autores del artículo. Esto puede llevar a los revisores a, consciente o inconscientemente, tener prejuicios sobre el artículo. Si el revisor ha tenido algún problema con un autor, puede perjudicar el proceso de revisión. O al contrario, si tiene una amistad personal con un autor, o un autor tiene una reputación importante, el revisor puede ser demasiado laxo. Ya existen algunas revistas en las que no se le comunica a los revisores los nombres de los autores, pero todavía son minoría.
Otro problema que ha surgido a veces - pocas, por suerte - es que, al ser los revisores investigadores en activo que trabajan en el mismo campo, un artículo les puede pisar su propio trabajo. En este caso, aunque éticamente debería rechazar ser revisor, puede sentir la tentación de alargar indebidamente la revisión para dar tiempo a que su artículo se publique primero.
10 comentarios:
Buen blog Javi,espero una entrada analizando las pinturas de Tassali, últimamente los magufos lo utilizan mucho en sus conspiraciones de extraterrestres,y por internet no hay gran cosa,si puedes conseguir algo interesante lo agradecería.
Gracias. No he escuchado nunca hablar de las pinturas de Tassali. ¿Qué son? Miraré mientras tanto, a ver si encuentro algo. Un saludo.
Son pinturas rupestres,un amigo mío dice que en estas pinturas hay representados seres con escafandras y de un solo traje,como un mono de astronauta,indagando por la red,en wikipedia no hace una referencia a la interpretación de este "astronauta",en webs magufas lo tienen como un icono de "extraterrestre"te dejo un enlace a una web magufa que hablan de ello
http://mpfiles.com.ar/ovni/tassili.htm
A ver si entre todos encontramos una información seria para exlicar el asunto y perdón por el offtopic.
Un saludo
Nada de perdón. Siempre es bueno aprender cosas nuevas. Ya te he dicho que ni siquiera sabía nada de esas pinturas. Bicheando un poco, parece ser que el primero en proponer que las pinturas de Tassili fue su descubridor, Henri Lhote, que parece ser que tenía mucha imaginación. La interpretación habitual de esas pinturas es que son representaciones de seres humanos normales con máscaras y ropas rituales.
http://en.wikipedia.org/wiki/Henri_Lhote
http://www.daviddarling.info/encyclopedia/L/Lhote.html
Seguiré mirando por ahí. Un tema muy interesante.
Es uno de los temas preferidos de JJ desde hace años. Que si Sirio, que si los hombres-pez...
Cualquier cosa antes que una interpretación racional.
Dementor.
Si,un tema apasionante,comprender nuestro pasado es entender quienes somos y de donde venimos.Una lástima que los conspiracionistas/magufos utilicen el tema para beneficio propio y para llenar páginas de Internet de basura seudocientífica,resulta curioso que desde los albores de la humanidad,todo lo que desconocemos sea obra o de un dios o extraterrestres en nuestro tiempo moderno...
Gracias por los links.
Un saludo
Este enlace es de una revista de arqueología. El primer número trata de las pinturas de Tassili. Es un poco técnico y como es antiguo, las fotos no son muy buenas, pero parece interesante. Habla de un subgrupo de pinturas que llama "Cabezas Redondas".
http://cohesion.rice.edu/CentersAndInst/SAFA/emplibrary/NA%2031%20contents.pdf
Hola Javi, he sabido de este blog porque alguién lo ha mencionado en Magonia.
Un saludo.
Los llamdos frescos del Tassili son un conjunto de pinturas que abarca miles de años de prehistoria e historia del Sahara.
Y han permitido deducir datos sobre la fauna,costumbres y aspecto de diferentes pueblos que las realizaron.
Los magufos las mencionan por la apariencia de algunos personajes con supuestos astronautas o extraterrestres.
Hay un libro publicado por destinolibro:"Hacia el descubrimiento de los frescos del Tassili", su ator Henrry Lohte fue uno de los descubridores. En este libro todavía no se había avanzado mucho en el estudio de los frescos.
Pero en un capitulo dedicado a este tema y escrito por el mismo autor, en el libro publicado por Alianza Editorial "Historia de las civilizaciones II", aporta datos más interesantes.
Muchas gracias, Tron.
Un saludo.
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